Es de bien nacidos ser agradecidos. Que desde un blog tan exitoso como el de Francis Acedo se haga un comentario a mi recién nacida bitácora, no deja de ser una estupenda sorpresa.
Le conocí una vez, cuando él era político (A mi me pasa una cosa curiosa con los políticos, no lo puedo evitar, recuerdo la película “Sueños de un seductor” de Woody Allen, en donde comentaba que tenía tendencia a criticar antes de que le criticaran, de esa forma se ahorraba disgustos, y a mi me pasa algo parecido, habitualmente miro a los políticos por encima del hombro antes de que ellos lo hagan conmigo) Estábamos corrigiendo una especie de oposición y él hizo un comentario sobre la sintaxis de una pregunta que yo había puesto: - ¡Qué sabrá este pájaro! - Pensé. Es evidente que estaba equivocado y ahora supongo que él debió pensar algo similar sobre mí.
Resulta que en el Periódico Extremadura, habían salido unos artículos muy minuciosos y documentados sobre diferentes rincones de la parte antigua, que yo imaginaba escritos por un historiador de bigote y bastón, me sorprendí al saber que los hacía aquel chico de los pantalones a rayas.
Luego le vi alejarse del Ayuntamiento por su propia voluntad. Eso ya denotaba estilo, abandonar un asiento por el que otros están dispuestos a vender lo invendible no lo hace cualquiera. El mismo Saponi, que no era brillante pero tampoco un necio, le despidió entre elogios y aplausos. El exconcejal abandonó el escaño y se marchó del Salón de Plenos como un torero, casi más vitoreado por el público que por su propia cuadrilla.
Jamás he vuelto a hablar con él.
Cuando comenzaron los artículos del periódico Avuelapluma, que él titula algo así como “La pluma y la espada” me resultaron empalagosos, había demasiada pluma y escasa espada. Pero el filo apareció y a alguno se le llenó para siempe la chaqueta de costurazos. Desde entonces siempre trato de hacerme con un ejemplar aunque sólo sea para leer su columna. (Por cierto esta semana no aparece por ningún lado, espero que se trate de una ausencia pasajera)
Llegué a su blog de casualidad, y me enganchó. Me sorprendió su capacidad para añadir entradas casi diarias, su heterodoxo contenido, pero sobre todo su sinceridad. Muchos, con su currículo, sólo se mezclarían con el populacho mecido sobre parihuelas, mientras que él no tiene ningún problema en mostrar abiertamente sus cicatrices. Eso lo hace grande.
A estas alturas de la película entenderéis que tenga una cierta simpatía por Francis Acedo. Y eso que a mi me gustan mucho más los héroes que los reyes, que pensaba que el carlismo era el partido en el que militaba Luís Escobar en su niñez, que las dinastías chinas me la traen al pairo, y que los Concilios Internacionales de la Orden de San Fortunato siempre me pillaron en la ciudad equivocada.
Grazie amico.
Juan Ramón Santos lee "Meditaciones..."
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Ensanchando el territorio
Ahora que me doy cuenta, no pudo estar más acertado Álvaro Valverde cuando,
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Hace 17 horas
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